INTERNET CLAUSUM Y PIRATERÍA DIGITAL

Artículo publicado en Cambio 16, semana de 19 de julio

¿Internet y la tecnología digital están arruinado el sector industrial del ocio musical y audiovisual?

Ciertos grupos de interés afirman tener estudios que lo demuestran y que justifican medidas legislativas que cambiarían aspectos fundamentales del futuro de internet, la neutralidad de red y las garantías judiciales sobre el secreto de las telecomunicaciones.

A esos estudios no han tenido acceso ni los ciudadanos ni los organismos asesores del gobierno. No obstante, parece que si se trata de regular sobre la piratería se necesitarían datos objetivos. En España la fuente estadística por excelencia sobre piratería en Internet, la encuesta de hábitos y prácticas culturales del INE, se interrumpió misteriosamente en el año 2006/2007, momento en que comenzaba una auténtica ofensiva desde dentro y desde fuera de nuestro país para que cambiáramos nuestras leyes sobre propiedad intelectual y sobre internet. Esta encuesta no volvió a realizarse.

Entonces, comenzamos a ser objeto de sanciones internacionales, con base al denominado “informe 301”  elaborado por el Congreso norteamericano y donde se denunciaba a España como un país destacadamente “pirata”. Su fundamentación principal era otro informe, el de la BSA, la asociación de las mayores empresas de software empaquetado, encargado a la consultora IDC, para 24 paises y con unas entrevistas totales de 6200 personas (sexta edición del informe, para 2008) es decir 258 entrevistas por país. Resulta una osadía, incluso para un informe de parte, hablar de cálculo cuando se trata de un fenómeno “sumergido”, y en el caso de la economía “sumergida” ningún analista con credibilidad se atreve “calcular”, sino a estimar. En piratería sólo puede estimarse, puesto que no hay datos registrales y es necesario el recurso a encuestas muy limitadas en fiabilidad por la naturaleza del asunto a estudiar (no es facil que la gente hable libremente de sus “travesuras”).

Para analizar la calidad de los datos en ese informe y sus posibilidades de extrapolación, hay que determinar si la encuesta utilizada cumple con los requisitos mínimos de calidad. En este caso, no se dan más detalles sobre la muestra, que es fundamental para hacer extensibles los resultados de la estimación al conjunto de la población, que el número de países y de entrevistados. A este respecto, es dudoso que 258 entrevistas a usuarios, repartidas entre hogares y responsables de trabajo sean representativas de una población usuaria que alcanza a muchos millones.

Ese informe acusando a España fue encargado y esgrimido por las mismas empresas que gozan de una posición de dominio y casi monopolio en la infraestructura informática pública española, a veces de más del 90% y que, un año más, siguen sin verse perturbadas por concursos públicos abiertos que las obligue a competir frente otras tecnologías.
En cuanto al problema audiovisual los últimos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), ano 2006/2007 cifraban que sólo en torno a 5,4 millones de personas accedían a la música por canales que no respetan la propiedad intelectual. Sin embargo, según este mismo informe, más de la mitad de esos “criminales” son menores de edad o menores de 24 años. ¿Es esta la causa de la ruina de la industria del entretenimiento?

Algunas conclusiones de los “estudios secretos” o de quienes los explican demuestran altas dosis de fantasía. No lo dice sólo este breve análisis, la Government Accountability Office (GAO), organismo asesor del gobierno de Estados Unidos cuestiona las propias conclusiones de este sector, su ausencia de transparencia y la debilidad del fundamento de sus estudios. En España mientras se anunciaba la Ley de Economía Sostenible se dieron datos que implicaban que la piratería en España superaba las ventas de iTunes Store en todo el mundo, cada pirata se había bajado centenares de canciones al año, lo que implica que estos lobbies trabajan con hipótesis de personas con importantes anchos de banda y una capacidad de tiempo importante. Basta leer a ASIMELEC, citando a IFPI. Respecto de México hay una afirmación, sinceramente demencial, también de la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI, por su sigla en inglés) y es que sólo en el 2009, se descargaron 5100 millones de canciones ilegales en México, me permito recordar a esta gente que todo el tráfico musical legal en Estados Unidos no llegó a 844 millones. Es interesante estudiar el carácter circular de las conclusiones sobre piratería de estas organizaciones: una asociación cita a otra, RIAA cita a IPI cuya fuente es IFPI y luego la BSA y en toda esa cadena de mutua confianza el trabajo estadístico base, el que debería sostener los datos resulta ilocalizable.

La mecánica de estos informes se asienta en otros presupuestos defectuosos: que todo usuario de un producto cultural pirateado lo sería igualmente pagando el precio de mercado, esto en un país con los índices de paro de España resulta inverosímil; por no hablar de la edad infantil de muchos de los llamados piratas.

Asimismo, llama la atención que la única variable de crisis del sector que se estudia sea la piratería: ni la falta de pericia, en su caso de los directivos; ni las consecuencias de la crisis; ni el hecho de que en un mercado global en red no se pueden concebir negocios basados en mercados nacionales protegidos; ni que los más de cuatro millones de parados estén postergando su consumo de ocio (recomiendo la encuesta de presupuestos familiares del INE). Ni siquiera se investigan las cuentas oficiales de las empresas, ni aun las norteamericanas; algunas de las más conocidas demuestran una excelente salud.

La piratería en la historia de España es una institución desde el s XVI. Más allá del asalto de las líneas de comercio transoceánicas españolas, sirvió de excusa para el mayor intervencionismo de la Corona, dificultando el comercio interamericano, perjudicando a los pequeños armadores y lastrando nuestro desarrollo marítimo. Ahora la piratería digital sirve para lo mismo: intereses monopolísticos parecen fabricar el acontecimiento, magnificar el problema para manipular el Estado y lograr una legislación a medida.

En 1978 nuestro país optó por ser una democracia deliberativa que exigía para sus procesos de decisión, no sólo unas elecciones cada cuatro años, sino una garantía de reflexión y una capacidad de dar explicaciones. Sin una idea aproximada de la situación a legislar y sin una mínima evaluación de las consecuencias, ¿sobre qué bases está trabajando ahora mismo el cuerpo legislativo?

Sigue faltando un análisis cuantitativo y cualitativo del fenómeno de la piratería para evitar que las soluciones ofrecidas se conviertan en un problema todavía mayor, y que la brecha digital se perpetúe en forma de brecha democrática Es urgente que se realice, antes de ninguna decisión sobre el tema, una nueva encuesta de hábitos y prácticas culturales, a cargo del INE, con el fin de comprobar la veracidad de mucha información que ha servido para criminalizar a buena parte del país. Y si alguien ha mentido, para lograr leyes en su provecho, que pague. Que pague penalmente.

José María Lancho
Abogado.
Presidente de Hispalinux

Fuente: http://www.cambio16.info/en_curso/cultura.html#