GNU/Linux - El Octavo Pasajero en la Nave Rosetta y la Sonda Philae

Parece claro que el futuro de nuestra especie más allá de las seguras fronteras de nuestro planeta también require de los desarrollos abiertos y el software libre. Linux dispone de una enorme familia en sistemas empotrados y de misión crítica, sistemas que tienen que tener una fiabilidad y disponibilidad muy alta. De hecho y de forma cada vez más intensa y generalizada Linux se ha hecho imprescindible para las misiones espaciales de la Agencia Espacial Europea y desde luego de las demás Agencias aeroespaciales.

La European Space Operations Centre (ESOC) trabaja desde este año con la distribución SUSE en concreto la Linux Enterprise Server. Un año antes la Estación Espacial Internacional dejó Windows para migrar al Linux de Debian. El mensaje del gerente de la Space Operations Computing (SpOC) de la NASA, Keith Chuvala dejó bastante claras las razones en un mensaje que sonó por todo el Sistema Solar: "Hemos migrado funciones clave de Windows a Linux porque necesitábamos un sistema operativo que fuera estable y fiable". Cada vez es más complicado encontrar Windows en nada relacionado con el espacio más allá de los videojuegos.

Antes de esta decision, bastantes de las máquinas de la Estación Espacial Internacional usaban el Scientific Linux, un clon del Red Hat Enterprise Linux (RHEL) y esta última solución estuvo decisivamente implicada en el éxito de la "MangalYaan", la misión orbital a Marte, por parte de la Indian Space and Research Organization (ISRO).

La NASA también usa de forma distribuida y muy intensa tecnología Linux y software abierto y desde hace muchos años: desde en servidores hasta en supercomputadores como el Columbia, para proyectos específicos para monitorización y vuelos no tripulados como la Flight Linux Project (basado en bluecat), o en el Linux-Equipped Astronauts Project (LEAP) cuyo objetivo es reemplazar los programas de Windows que utilizan actualmente los astronautas.

Sin embargo, Linux también ha estado muy presente en la misión espacial más importante del 2014, nos referimos a la protagonizada por la nave Rosetta que dirigió una sonda denominada Philae para que aterrizara en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Desde allí, la sonda inició un programa completo de observaciones que se prolongó durante 64 horas, hasta el agotamiento de las baterías de Philae.

A la comunidad informática le sorprendió los escasos datos relativos al software implicado y proporcionados por la Agencia Espacial Europea. Software que había hecho, precisamente, que los 1.400 millones de euros que ha costado la aventura no se fueran a la papelera.

Según han ido pasando los días, desde Hispalinux hemos ido sacando y constatando algunos hechos preocupantes sobre la naturaleza del software empleado. Se ha omitido, por ejemplo, la identificación detallada de los programas informáticos que han intervenido en este logro tecnológico. Esto es un grave fallo en el deber de transparencia e información de una agencia europea y que ese silencio esconde razones importantes.

Sabemos que en los más de 10 años de misión se ha hecho una implantación estructural de Linux no sólo en la propia Agencia Espacial Europea, sino en el propio proyecto, apreciándose la escalabilidad con que ha ido logrando protagonismo Linux dentro del mismo.

Recordemos que el proyecto ha supuesto más de 10 años de actualizaciones de buena parte de los recursos informáticos. Asimismo, la presencia cada vez más extendida de software libre en fases fundamentales del proyecto, desde los centros de operaciones y seguimiento de la Agencia Espacial hasta el software que va a trabajar sobre los datos enviados por la sonda, nos definen un ecosistema informático claramente abierto y sobre software libre.

Todo esto nos indica que con una altísima probabilidad, componentes Linux han intervenido en procesos críticos de la sonda y la nave.

La tradición de uso de software libre en la agencia es antigua, sin embargo no empieza a haber repositorios en la ESA hasta 2009 y, como ocurre con la mayor parte de los organismos públicos, la puesta a disposición libre de desarrollos informáticos basados en software con cláusulas copyleft deja mucho que desear.

Es notorio que la mayoría de las aplicaciones de la ESA están desarrollados por contratistas y la agencia no tiene control directo sobre su proceso de desarrollo. Sin embargo, nos encontramos con la triple opacidad de operaciones que se desarrollan fuera de los límites físicos que permiten su control, de la concurrencia de intereses públicos nacionales muy importantes que buscan restricciones en esta información estratégica, y del miedo legal a las consecuencias del copyleft y que el principio de reciprocidad tenga su debida consecuencia, tal vez porque implicaría un trasvase fundamental de conocimiento estratégico a terceros Estados.

Hispalinux cree que sigue pendiente una reflexión que desde luego no puede limitarse a la propia Agencia Espacial sino que debe incluir a la Comunidad del Software Libre. Algo que garantice que las infraestructuras abiertas y el software libre sean la herramienta fundamental de la exploración pacífica del espacio, sin miedo al riesgo legal, pero garantizando que las consecuciones tecnológicas del software empleado sigan siendo patrimonio de la humanidad, en conformidad con los principios del software libre.

Mientras tanto el software libre seguirá viajando sin pasaporte oficial.