Google o el Síndrome de China

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No son buenos tiempos para Google. Desde 2006, el régimen comunista chino viene exigiendo la colaboración de Google para limitar el acceso de sus ciudadanos a la red, ejerciendo una tutela de contenidos y una censura sistemática en la versión china de su buscador, google.cn.

Google se negó a seguir colaborando en este sentido y no sólo ha sufrido amenazas sobre su negocio empresarial en China, sus sistemas han arrostrado ciberataques cuyo fin no era otro que el de acceder a las cuentas de correo electrónico de activistas pro derechos humanos chinos, “objetivo prioritario de los atacantes” en palabras de David Drummond, máximo responsable legal de la empresa, si no que en Europa y en Estados Unidos con extraña sincronía se han desatado verdaderas campañas contra los modelos de negocio de la empresa/buscador.

Con la inoportunidad que caracteriza a la sección política de Telefónica y precisamente cuando Google está luchando contra la presión de la tiranía china, el presidente Alierta ha propuesto que Google pague un canon por utilizar la Red, no sabemos a qué título como no sea el de multar el talento y castigar el éxito.

Y de paso aniquilar la neutralidad de la red, única esperanza de una industria alternativa y tecnológica en nuestro país frente a la limosna tecnología que invierte Telefónica en España al año.

Así, una vez más, otro monopolio en España en lugar de respaldar la libertad de los internautas y la libre y fluida circulación de datos y conocimiento, está ejerciendo —no sabemos si de modo inconsciente— una pinza contra Google, utilizando como aliado al régimen liberticida de Pekín donde existen importantes intereses, cuestión de sincronía, de la compañía española.

En este sentido, debemos subrayar que, en los últimos meses, todas las medidas que ha aprobado el Gobierno bajo presión de las operadoras —con la silenciosa aquiescencia de la oposición— tienden a limitar la neutralidad de la red, limitar la libertad de mercado y a imponer que en algunos casos coinciden con los modelos de negocio de una sola empresa.

En Estados Unidos la situación se está complicando para Google el número de demandas y el calado de las mismas se ha incrementando de manera obvia para Google, la última de este mes de febrero, por parte de Xerox Corporation por violación de patentes (incluimos ambas: pdf1 y pdf2) que incuestionablemente permiten a Xerox pedir lo mismo que pide Telefónica de Alierta: un canon a toda actividad on line que implique una gestión elemental del conocimiento.

Drummond añadió que Google ha decidido no continuar con la censura de sus resultados en Google.cn y que persigue poder operar en la potencia asiática sin filtros; y que Google está dispuesta a cerrar sus oficinas en China. Sin duda, el papel de las multinacionales tecnológicas occidentales en China ha sido penoso, así como en todas las dictaduras tecnológicamente viables en el mundo. En pocas ocasiones estas empresas pagan por ello, a Yahoo le ocurrió una sola vez, sin embargo Occidente sigue perdiendo su capital social en manos de sus multinacionales más identificadas con los mercados cautivos que les ofrecen las dictaduras que con los mercados libres -a veces- de las democracias.

En Hispalinux defendemos el software libre en un mundo libre. De ahí que mantengamos siempre una actitud de razonable desconfianza hacia los grandes conglomerados empresariales que utilizan la Red como caladero de sus beneficios.

Por eso nos parece formidable que una empresa ponga la ética por encima del interés, que Google apueste por la libertad de 1300 millones de chinos, y no por las directrices de los sátrapas de Pekín. No nos han dolido prendas en criticar a Google cuando hemos detectado actitudes contrarias a nuestros fines como asociación. Por eso, porque podemos presumir de independencia, debemos hoy felicitar a Google. ¡Bien por Google!

Google, tantas veces pionera en el campo tecnológico, está marcando ahora un camino ético, un camino que otras corporaciones debieran seguir, el camino de la responsabilidad, el de la asunción de las consecuencias de sus propios actos. Veremos si persiste en ese caminar, y por ello queremos animar a Google con todo nuestro aliento, para que no se arrepienta, para que persista en esa línea de dignidad.